
La ciencia del Yoga comienza trabajando con el aspecto personal más externo, el cuerpo físico, lo que para la mayor parte de las personas es lo más práctico y familiar. Y su fin, en este aspecto, es que las diferentes funciones corporales actúen coordinadamente y así trabajen para el bienestar de todo el cuerpo.
A partir del cuerpo físico, el yoga se dirige a los niveles mental y emocional. Es un método para tratar el stress de la vida diaria y otros traumas. A través de la práctica continuada se desarrolla la conciencia de la interrelación entre los niveles mental, emocional y físico. Es por tanto un medio para equilibrar y armonizar el cuerpo, la mente y las emociones. Gradualmente, esta toma de conciencia nos llevará a la comprensión de otras áreas más sutiles de la existencia.
Esta práctica ofrece beneficios tangibles y directos a todo el que la ejercita. Lo que la hace tan eficaz es el hecho de que trabaja los principios generales de armonía y unificación.
Principales aspectos:
- Movimiento “habitado” de las distintas partes del cuerpo.
- Cuándo inspirar y espirar.
- Donde concentrar o focalizar la atención. Escucha- Sensibilidad.
- Qué parte relajar en una postura correcta.
- Centro/Eje. Equilibrio entre ambos lados del cuerpo.
- Despertar la visión interior.
- Pura Atención – Inmovilidad- Mente en calma –Quietud-Vacuidad (Mindfulness)
Una sesión de yoga es un paréntesis dentro de la vida cotidiana, y está compuesta por:
- Posturas (Asanas)
- Ejercicios respiratorios (Pranayama)
- Relajación consciente (Shavasana)
- Concentración/Atención (Dharana)
- Meditación (Dhyana)
Beneficios:
La práctica del Yoga tiene beneficios tangibles y directos en todas las personas, además de su fin espiritual.
Son también sutiles y profundos y se van experimentando gradualmente si se practican regularmente:
- Flexibilidad
- Mayor fuerza
- Más resistencia
- Una mente tranquila
- Mejora de la capacidad de concentración
- Mejora del equilibrio y armonía
- Mejora la respiración
En relación a su aspecto terapéutico, muchos médicos reconocen el éxito del yoga porque crea un equilibrio entre el sistema nervioso y el endocrino los cuales tienen una influencia directa en todos los órganos del cuerpo.
La práctica del yoga mejora la circulación y la respiración, mejora la alimentación de las células y los tejidos, abre las articulaciones más importantes y relaja y alarga los músculos del cuerpo.
Por medio de sencillos ejercicios, de la respiración, de la relajación y de la meditación podemos estimular zonas cerebrales que están apagadas y que nos ofrecen nuevas posibilidades de disfrute, desarrollo intelectual y de plenitud.
Esta práctica requiere disciplina, tiempo y paciencia por lo cual la toma de conciencia y el compromiso de dedicar cierto tiempo y esfuerzo es esencial.